
Un viaje a Italia interrumpido
De repente yo no escuchaba nada, ni la voz de mi esposo, ni los sonidos que me acompañaban un momento antes en la pastelería donde habíamos desayunado…
De repente yo no escuchaba nada, ni la voz de mi esposo, ni los sonidos que me acompañaban un momento antes en la pastelería donde habíamos desayunado…
Cuando me acerqué a los perros, Bolie brincó a saludarme, entonces se apoyó en mi pierna y me lamió la mano como pidiendo que lo rascara. Nezca comenzó a perseguir a las gallinas, mientras Harri, la madre de ambos perros, se quedó parada junto a Paxti, moviendo la cola a todo visitante que pasaba por el portón.
Poco a poco se fue vistiendo con agua. La marea alejó al niño con su pala, los cuerpos recogieron las toallas y las piernas caminaron fuera de la playa.
Simplemente estar… ¡Era la única opción! No había agenda, tampoco podía seguir el listado de lugares para visitar. Era necesario solamente caminar, sin medir los pasos, sin mirar el reloj, para descubrir un culín de este mundo al norte de Asturias.
Nunca me cansaré de viajar, es demasiado lo que me falta por conocer. Por el momento me voy a concentrar en compartir los lugares escogidos en estas vacaciones por el norte de España.
Espero que mis fotos sirvan para compartir con ustedes un viaje que no fue lo que esperaba (porque recuerden que yo juraba que iba para Italia), pero que en definitiva, logró sorprenderme.