El Valle Sagrado de los Incas

El Valle Sagrado de los Incas

Por: Pamy Rojas

Después de visitar el punto más importante del Valle Sagrado de los Incas, Machu Picchu, nos esperaba otra experiencia de vida. Esta vez con vicuñas, campesinos, sombreros y un poco sal.  En dos días visitamos: el pueblo de Chinchero, las Salinas de Maras, el complejo arqueológico de Moray, la villa de Pisac y la ciudad de Ollantaytambo.

Desde el primer punto que visitamos en este recorrido, el pueblo de Chinchero, se puede apreciar una vista alucinante de los Andes Orientales. Foto: Pamy Rojas

Desde el primer punto que visitamos en este recorrido, el pueblo de Chinchero, se puede apreciar una vista alucinante de los Andes Orientales. Foto: Pamy Rojas

Chinchero

Por el noreste de Cusco se llega al valle de Vilcarota, que también se le conoce como el Valle Sagrado de los Incas. En este distrito de la provincia de Urubamba pude aprender sobre la vida tradicional andina; la mayoría de los habitantes del lugar son quechuas. También conocida como la ciudad Arco Iris, los pobladores del lugar viven en construcciones incaicas casi intactas. Los conquistadores quisieron “civilizar” e implantar su cultura en Chinchero, pero nunca lo lograron completamente.

En la región se siembra y se cosecha artesanalmente. Foto: Pamy Rojas

En la región se siembra y se cosecha artesanalmente. Foto: Pamy Rojas

Trenzas y sombreros

Las mujeres llevan las trenzas largas bajo los sombreros, como lo hacían sus antepasados. En las próximos pueblos que visitamos noté que se repetía el uso de sombreros, pero con diferente forma. Luego supe el por qué. Las faldas son a media pierna para que se le facilite el trabajo en la tierra. En este pueblo se siembra y se cosecha artesanalmente; en la época inca fue un centro de producción agrícola.

Este lugar ofrece un maravilloso ejemplo de la vida tradicional andina. Foto: Pamy Rojas

Este lugar ofrece un maravilloso ejemplo de la vida tradicional andina. Foto: Pamy Rojas

Sincretismo

En el pueblo de Chincheros se percibe fácilmente el sincretismo: la fusión de creencias católicas de los españoles con la visión espiritual del mundo andino. Sobre los espacios sagrados incas, como el Palacio Tupac Yupanqui, los colonizadores construyeron una iglesia, Nuestra Señora de Monserrat. Los incas del lugar entendían que esto era sumamente relevante porque los españoles estaban reconfirmando el espacio sagrado andino. A la Virgen María la relacionaron con Pachamama, la Madre Tierra; hicieron una recodificación de los santos católicos con sus deidades.

Para los incas, Chinchero era cuna del arcoiris. Foto: Pamy Rojas

Para los incas, Chinchero era cuna del arcoiris. Foto: Pamy Rojas

Tradiciones andinas

En la vestimenta, tradiciones y monumentos históricos, el pasado prevalece obstinado en Chincheros. La ropa de los habitantes del pueblo se caracteriza por su singular colorido y al igual que en la isla Taquile, la vestimenta tiene su significado; en este caso los colores la definen.  El negro representa la pureza y la protección; el rojo sabiduría; el verde se relaciona con la naturaleza; el azul es tranquilidad y libertad; y el anaranjado conocimiento.

Gran parte de la población este lugar son quechuas. Foto: Pamy Rojas

Un domingo en la plaza

Todos los domingos, con sus trajes típicos, los pobladores se reúnen en la plaza pública para intercambiar productos. Me maravilló ver cómo todavía preservan la tradición de la textilería artesanal y también la forma en que el pueblo se ha unido creando una red social de apoyo comunitario; todo esto alejados de cualquier atisbo de modernidad. Todavía los adultos mayores en Chincheros hablan solo quechua.

Además de los textiles, en esta villa se destacan las artesanías. Foto: Pamy Rojas

Además de los textiles, en esta villa se destacan las artesanías. Foto: Pamy Rojas

Ayni y minka

Parecido a los códigos de Taquile, en esta provincia el sistema de trabajo se define en dos palabras: ayni que significa reciprocidad y minka que quiere decir colectividad. Todos los ciudadanos trabajan para el beneficio de la comunidad; esto se puede observar en la construcción, en la confección de textiles, en el mantenimiento de edificios e iglesias y en las terrazas de agricultura. Los valores de este pueblo son claros y todos los habitantes del lugar los respetan.

Este pueblo también se caracteriza por el paisaje que se vislumbra desde sus tierras. Foto: Pamy Rojas

Este pueblo también se caracteriza por el paisaje que se vislumbra desde sus tierras. Foto: Pamy Rojas

Salinas de Maras

Luego de aprender sobre el tradicional pueblo de Chincheros nos dirigimos a la pequeña villa de Maras al oeste de Cusco. Allí llegamos hasta las Salinas y al Centro Arqueológico de Moray.  El panorama de más de trescientas pozas que trabajaron los incas en las Salinas de Maras, y que al día de hoy todavía se continua extrayendo sal del lugar, es sencillamente deslumbrante. El efecto del agua que baja desde el valle hasta llegar al arroyo y evaporarse para convertirse en sal es totalmente surrealista. La vista desde lo alto es impresionante. Los tonos rosados, violetas y grises resplandecen ante la luz del sol.

Las minas de sal datan de la época incaica. Foto: Pamy Rojas

Las minas de sal datan de la época incaica. Foto: Pamy Rojas

Complejo arqueológico de Moray

En tiempos pasados fue un laboratorio de los incas. La zona arqueológica de Moray puede ser una muestra de los conocimientos agrícolas de esta cultura; ya que el lugar se entiende que era usado con este propósito.  Al darle a las terrazas una forma particular, los incas notaron que podían trabajar mejor las terrazas de cultivo porque eran más fértiles; se aprovechaba más el agua pluvial y la que descendía de la cercanía. Se cree que en la parte alta sembraban leguminosas, las plantas menos exigentes de nitrógeno y en la zona más baja cultivaban el maíz, ya que requería más nitrógeno.

Las terrazas de cultivo tienen forma circular o semi circular, como si fueran anfiteatros. Foto: Pamy Rojas

Las terrazas de cultivo tienen forma circular o semi circular, como si fueran anfiteatros. Foto: Pamy Rojas

Mirador de Taray

Nuestro próximo destino era Pisac, pero antes de llegar nos detuvimos en el Mirador de Taray; a unos 3,200 metros sobre el nivel del mar. Desde allí se puede observar con gran claridad el hermoso paisaje del Valle Sagrado; el cauce del río Vilcanota, las montañas que abrazan el valle, los campos de cultivos como una colorida colcha de retazos y los pintorescos poblados.

Desde el Mirador de Taray se contempla el Valle Sagrado. Foto: Fernando J. Rojas

Desde el Mirador de Taray se contempla el Valle Sagrado. Foto: Fernando J. Rojas

Mercado de Pisac

La primera parada de Pisac era en el pintoresco mercado de artesanías, donde casi nunca venden nada al precio establecido. Los peruanos, como excelentes mercaderes, por hacer la venta, van a negociar contigo el precio con tal de que le compres algo. No solo venden artesanías, joyería de plata y coloridos textiles, también por unos cuantos soles permitieron que le tomáramos varias fotos: Picture, picture…

Por algunos soles esta hermosa anciana posó para nuestro lente. Foto: Pamy Rojas

Por algunos soles esta hermosa anciana posó para nuestro lente. Foto: Pamy Rojas

Awana Kancha

El centro Awana Kancha era nuestra próxima parada. Este proyecto de iniciativa privada, asociado a catorce comunidades campesinas, ha hecho del tejido ancestral andino su principal actividad y medio de sustento. Allí nos mostraron cómo se le da el color a la lana con los tintes naturales.  De los arbustos indigo, chilca y yanali salen los colores azul, verde y amarillo, respectivamente. El rojo lo logran con la cochinilla, un insecto del cual se extrae el ácido carmínico. Para sellar los colores a la fibra utilizan limón, sal y orines de niño.

Existen alrededor de treinta y cinco tonos de color de lana de las llamas. Foto: Pamy Rojas

Existen alrededor de treinta y cinco tonos de color de lana de las llamas. Foto: Pamy Rojas

Camélidos andinos

Por las montañas que bordean el centro Awana Kancha se pasean varios tipos de camélidos andinos.  Allí vimos vicuñas, alpacas y llamas. Un dato que me llamó mucho la atención: Perú cuenta con el 90% de la población de alpacas del mundo y con el 82% de las vicuñas.

Para 1950 la vicuña estuvo en peligro de extinción. Los esfuerzos de conservación de la esta especie lograron restablecer la población que actualmente se encuentra protegida. Foto: Pamy Rojas

Para 1950 la vicuña estuvo en peligro de extinción. Los esfuerzos de conservación de la esta especie lograron restablecer la población que actualmente se encuentra protegida. Foto: Pamy Rojas

Chako y vicuña

En el recorrido aprendí sobre la práctica del chako; que es el proceso de esquilar la lana en la vicuña sin cazarla. La lana de la vicuña se le considera la más fina del mundo por su calidad y textura. Como este camélido andino no se puede criar en cautiverio, pues no se reproducen, se le practica este ritual para simplemente extraer la fibra sin tener que matar al animal.

En las alpacas, las fibras más valiosas se obtienen cuando el camélido tiene de tres a seis años de edad. Foto: Fernando J. Rojas

En las alpacas, las fibras más valiosas se obtienen cuando el camélido tiene de tres a seis años de edad. Foto: Fernando J. Rojas

Llama

Antes que la vicuña, la llama fue el símbolo patrio del Perú. La llama ha sido fuente de inspiración para artesanos y artistas.  Además, este camélido representa el espíritu de los andes en sus leyendas, mitos y tradiciones.

La llama es el camélido andino más popular y fuerte. Foto: Pamy Rojas

La llama es el camélido andino más popular y fuerte. Foto: Pamy Rojas

Ollantaytambo

Esta aldea me causó la misma impresión que Chinchero, es como viajar en el tiempo. Canales de riego, edificios en piedra y estrechas calles adoquinadas son parte del panorama ancestral del lugar. El tipo de organización de este núcleo urbano, a pesar de que no estaba terminado cuando llegaron los españoles, es el mejor ejemplo de planificación urbana de los incas. El plano de las manzanas, el sistema de acueductos, la fortaleza y las terrazas de las colinas hacen del lugar uno casi perfecto.

En Ollantaytambo existe un sistema de acueductos del tiempo de los incas. Foto: Fernando J. Rojas

En Ollantaytambo existe un sistema de acueductos del tiempo de los incas. Foto: Fernando J. Rojas

Los sombreros y la forma de la cabeza

Me llamó la atención que en cada lugar que visité, los nativos utilizaban diferentes tipos de sombreros. Según nos contara nuestro guía, los colonizadores obligaban a los indígenas a cubrirse la cabeza por las deformaciones craneales que presentaban. Como el tipo de alteración en el cráneo era distintita en cada grupo humano, los sombreros también lo eran. Actualmente, siguen utilizando gorros tipo hongo o parecidos a los de los vaqueros, según la región.

Cada lugar que visitábamos se caracterizaba por el uso de un tipo de sombrero diferente. Foto: Pamy Rojas

Cada lugar que visitábamos se caracterizaba por el uso de un tipo de sombrero diferente. Foto: Pamy Rojas

El retorno

Luego de dos semanas viajando por Perú, nos fuimos desbordantes de experiencias hacia nuestra isla. El retorno a este país era necesario, así que volvimos varios años después, esta vez a la región desértica de Paracas e Ica.

Según la práctica ancestral de deformación de cráneos, así era la forma de los sombreros. Foto: Pamy Rojas

Según la práctica ancestral de deformación de cráneos, así era la forma de los sombreros. Foto: Pamy Rojas


Prácticas de turismo consciente:

1. Aprender sobre los camélidos andinos y la conservación de la vicuña.

2. Respetar la cultura andina y sus tradiciones.

3. Entender el ritual del chako como proceso seguro para extraer lana.

4. Conocer sobre prácticas ancestrales andinas.


Ella a la espera. Foto: Pamy Rojas

Ella a la espera. Foto: Pamy Rojas


Lugares de interés:

  • Chinchero

  • Salinas de Maras

  • Complejo arqueológico de Moray

  • Mirador de Taray

  • Mercado de Pisac

  • Awana Kancha

  • Fortaleza de Ollantaytambo

En el mercado de Pisac los colores brillantes resaltan en los textiles y en las artesanías. Foto: Pamy Rojas

En el mercado de Pisac los colores brillantes resaltan en los textiles y en las artesanías. Foto: Pamy Rojas


Hospederías:


 

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